sábado, 30 de junio de 2012
Día 5: Soy yo
Por fin estamos todos juntos de nuevo.
La huída no fue muy larga, nos pillaron enseguida, pero creo que se dieron cuenta de que queríamos estar juntos. Y aquí estamos.
- Viento Gris, ven.
Otra vez.
"Que no os entiendo, leches."
Espera… siempre repite eso cuando habla conmigo. Me llama así, ¿qué significará?
- Ven, Viento Gris.
Ahora ya lo entiendo. Significa viento gris. Me gusta.
¿Por qué le entiendo? ¡Qué más da! ¿También me entenderá él a mí? Probemos…
- ¿Grau? "¿Tienes comida?"
Parece perplejo. Supongo que me ha entendido, aunque sea en parte. Y ahora se va, espero que sea a por comida…
Esto tengo que decírselo a los demás.
"Chicos, he conseguido entenderme con uno de ellos."
"¿Cómo?"
"He descubierto mi nombre. Soy Viento Gris."
jueves, 28 de junio de 2012
Día 4: ¿Qué pasa aquí?
¿Por qué sigue éste aquí? Quiero que me deje en paz.
Huelo a alguien. ¡Viene mi hermana!
- Au, au, au.
- Ya, ya, tranquilo, ¿qué te pasa?
- Robb, ¿puedo entrar?
- Sansa, ¿eres tú? Traes a Dama, ¿no? Pasa.
Soy feliz. Necesitaba ver ya a alguien conocido.
"Hola, ¿cómo estás?"
"Mal, quiero volver con mamá."
"Yo también, pero no podemos hermanita."
"¿Has visto a alguno de los otros?"
"No, no he salido de aquí. ¿Y tú?"
"Tampoco, pero oí el otro día al negro."
Es un asco esto de no tener nombres. Tendremos que ponérnoslos nosotros mismos.
"Tenemos que escapar. ¿Qué podemos hacer?"
"Salir corriendo ahora mismo. Luego buscaremos a los demás."
No será capaz de cogerme, sé que soy más rápido que ella.
"¿Por dónde le oíste? Vamos a buscarle."
"Sígueme."
martes, 26 de junio de 2012
Día 3: Un nuevo hogar
¿Dónde estoy? Mis hermanos están cerca, lo sé, pero soy incapaz de saber dónde. Estoy solo… solo con el ser que me alejó de mi madre.
- Grrrr -estoy muy enfadado y esa cosa debe saberlo-.
- Tranquilo, Viento Gris, no te voy a hacer daño.
¿Qué dice? Debería aprender a hablar. No se le entiende nada… aunque no parece amenazarme.
Se ha ido. Bien, ahora sí que estoy completamente solo. ¿Cuánto tiempo llevo sin comer? Tengo muchísima hambre.
Algo se acerca, tendré que estar alerta.
- Viento Gris, ¿quieres comer algo?
Otra vez el mismo ser que antes. ¿Es tan estúpido que es incapaz de darse cuenta de que no le entiendo?
¡Pero sí que soy capaz de oler la comida!
- Wraf, wraf.
- Tienes hambre, ¿eh, pequeño? Toma, anda.
Comida. Comida. Comida. Comida. Ya no hay comida. Quiero más. ¿Por qué no me da más? Si le miro directamente a lo mejor se entera… será bobo.
Nada, que no me lo da y, además, espera algo de mí. Pues paso de él. Me vuelvo a dormir, que es más interesante y puedo sentirme cerca de mamá otra vez.
sábado, 23 de junio de 2012
Día 2: ¿Cinco o seis?
¿Qué pasa? ¿Qué es este extraño ser enorme? El olfato sólo me dice que esto no es bueno. Cada vez noto más lejos a mi madre. Mamáaaaaaa. ¿Dónde me llevan?
Un momento… ¿por qué sólo somos cinco? ¿Quién falta…?
Era él… quien decía que debíamos alejarnos de allí, era él… Y tenía razón, ahora nosotros estamos atrapados por estos extraños seres y él sigue siendo libre. ¡Cómo me gustaría haberle hecho caso!
Espera, le noto… ¿por qué se acerca? ¡Va a intentar salvarnos! No va a poder… y él no es tan tonto como para intentarlo. Entonces… ¿qué pasa? Le han encontrado, tiene que ser eso.
Por lo menos volvemos a estar todos juntos de nuevo. Juntos en esta aventura que quién sabe dónde nos llevará.
Oye, pues es cómodo esto. Huele a algo rico cerca, aunque con el olor tan fuerte que desprenden estos seres, no puedo saber qué lo produce. Tengo hambre. Y sueño. Siempre tengo sueño…
miércoles, 20 de junio de 2012
Día 1: Nacimiento
Mis primeros recuerdos son confusos. Aún recuerdo el olor de mi madre. Es de esas cosas que nunca se olvidan y que siempre van contigo, en tu interior.
Mis primeras horas de vida las he pasado cerca de ella y de su calor, al igual que mis hermanos. Poco a poco, el mundo se está haciendo más fácil de definir y ahora puedo saber que somos seis: cuatro machos y dos hembras. El olfato me lo ha dicho.
También me ha dicho que el olor de mi madre ha cambiado. Ya no huele a cazadora: ahora es una presa.
Esto no puede ser bueno… pero mi instinto dice que me quede cerca de ella. Una parte de mí está completamente convencida de que ella es la única que podría defenderme del mal… aunque soy capaz de sentir un pequeño susurro que habla de alejarse de ella, de buscar el futuro por nuestra cuenta…
¿Qué importan las voces? Es hora de dormir…
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